Historia

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ORÍGENES Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA

Es difícil encuadrar en el tiempo la actual villa de Toril ya que existen pocos datos históricos al respecto. Algún autor señala la existencia de una ciudad romana "Lacipea", en el término de Toril, pero no corresponde al lugar actual de la villa.
Su antiguo nombre parece ser era Torril, (nombre derivado de torre), del que procede el actual de Toril.
Se consolida como aldea probablemente a mediados del siglo XV bajo la corona de Castilla, aunque sus orígenes como núcleo ganadero perteneciente al Sexmo del "Campo Arañuelo", administrado por la cuidad de Plasencia, datan del siglo XIV. En este siglo fue poblado por mandato de esta ciudad.
Datos de población del año 1400, cuando se hizo la moneda Forera para satisfacer dieciséis maravedies por vecino, censaban 22 vecinos entre los lugares de Toril, Casares y Millanes.
En 1492 Toril contaba ya con 66 vecinos, en 1580 con 98 vecinos produciéndose un gran descenso en 1717 pasando a 21 vecino debido a guerras y epidemias.
Datos del archivo de Simancas de 1752 en una consulta a sus habitantes se censan 30 casas habitadas y 48 vecinos, lo que supondría unos 200 habitantes. En 1940 se censan 498 habitantes. En 1981 databa de 701 habitantes. En 1986 , 400 habitantes. Actualmente cuenta con 230 habitantes y 150 electores.

DATOS DE INTERÉS.

El viajero que se acerque a Toril por primra vez comprobará que su estructura urbanística no se corresponde exactamente conla norma general de los puebos extremeños. En el pequeño casco urbano que ha surgido en torno al CENTRO DE INTERPETACIÓNDE LA RESERVA DE LA BIOSFERA " PÓRTICO DE MONFRAGÜE", viven una treintena larga de familias habtao fundamentalmente en casas dereciente construcción. Sin embargo, ésos no son los únicos vecinos del pueblo. Siguiendo un patrón más propio de otras regiones españolas, en las fincas de mediana y gran extensión que componen su amplio término municipal, se asienta la mayor parte de sus actuales habitantes. Como puede verse se trata de una curiosa organización urbanística rural que parece no haber cambiado desde el siglo XV y que alcanzó su esplendor ciertamente a caballo de los siglos XVI y XVII.

En los últimos años en Extremadura se está produciendo un interesante esfuerzo de recuperación de su Historia tanto el ámbito académi de la Universidad como a través de otras iniciativas culturales derang municipal y comarcal. En esos círculosde investigación también está floreciendo el nombre de Toril, aunque no sea de una forma protagonista. Dos son las razones por las que los foros señalados abordan suprficialmente al pueblo de Toril: la ausencia de estudios generales sobre la diócesis de Plasencia y la pérdida de los archivos Parroquial y Municipal deToril.

Es una verdadera lástima que los archivos Diocesano y Catedralicio de Plasencia sigan careciendo de una catalogación adecuada y de estudios generales suficientes que nos permitieran la reconstruycción detallada de la historia octogeneria diócesis extremeña. Es cierto que se que se han abordado investigaciones sobre la diócesis especialmente sobre la Edad Media, y sobre la ciudad, especialmente en la Edad Moderna. Pero por muy valiosos que sean estos discursos, son parciales y no aportan sino datos esporádicos y salteados. Sin embargo, a esa literatura de investigación debemos acudir para buscar datos sobre Toril porque sus archivos documentales se perdieron a manos de las sucesivas invasiones que sufrió el pueblo de Toril tanto en la guerra de Sucesión (principios del s.XVIII) como en la de la Independencia (principios del s.XIX), cirscunstancia ya denunciada por Madoz: "Este pueblo ha quedado reducido a su actual vecindario (12 vecinos, 65 almas) desde la guerra de la Independencia, en la que por su posición sufrió grandes daños". Antes, pues del siglo XIX tan sólo poseemos noticias indirectas que se han hecho tópicas, según tendremos ocasión de comprobar.

HILO HISTÓRICO DE TORIL.

1. TORIL EN LA EDAD MEDIA: EL SEÑORÍO DE PLASENCIA EN El CAMPO ARAÑUELO Y LA JURISDICCIÓN ECLESIÁSTICA DE JARAÍZ.

Según los datos que poseemos,la diócesis de Plasencia fue erigida en 1189 por el Papa Clemente III a instancias de Alfonso VIII, rey de Castilla. La bula original no se conserva, pero sí constaíntegra, aunque sin fecha, en otro texto del Papa Honorio III firmado el 14 de Noviembre de 1221 en e que se ratificiala fundación de la diócesis. En el marco de sus estudios medievales, Elisa Carolina de Santos Canalejo nos aporta na serie de noticias que todos han repetido. Sobre Toril podemo conluir que se asienta vinculado a sexmo del Campo Arañuelo, que junto a los otros dos del Valle y Trasierra,y de la Vera conteplaban la diviión medieval el territorio diocesano. El "sexmo era elnombre genéric del distrito rural de cáracter administrativo y fiscal en contraposición al de collacion que se refería a distrito urbano. Por eso, es lógic referir el pueblo a lacomarca donde seencuadra Toril, pero con tres advertencias que no siempre recgen lo trabajos que siguen el itinerario de esta brillante investigadora.

En primer lugar, debe quedar claro que la vertebración de los pueblos y parroquias en Extremadura fue un proceso muy lent, impulsado especialmente desde el siglo XIV per que no se concluyó hasta finales del XV. No es difícil imaginarlo: a la propia dificultad de la reconquista frente a las tropas musulmanes, la tupida presenci de los bosques mediterráneros que aún conforman la orografía de Toril y de toda la comarca, ciertamente debía impedir un avance rápido de l domesticación del paisaje.

La segunda precisión viene de su dpendencia administrativa. Toril era un lugar de jurisdicción de la ciudad de Plasencia,como ya consta en un pleito de 1494.

Con anterioridad a esta fecha, Toril ya dependía de Plasencia según un inventario de Mayorazgo y Cuentas fechado en 1945, circunstancia mantenida tanto en el siglo XVI, donde aparece como villa; lo cual nos indica que se puede ahondar en el Archivo municipal placentino para encontrar referencias indirectas sobre Toril

El tercer apunte crítico que establecemos proviene de la jurisdicción eclesiástica, y es un dato oscurecido o pasado por alto sin la menor atención ente los estudiosos de la comarca. Por una relación de las Parroquias del Obispado de Plasencia de 30 de Abril de 1572, conocemos que el municipiod e Toril, dependía de Jaraíz, es decir, era una parroquia aneja a las de Jaraíz. Tal dependencia no debe pasar desapercibida porque Jaraíz llegará a convertirse en Vicaría, una división administrativa de la diócesis que ejercía competencias judiciales tanto en el campo religioso como en el civil.

2. EL AUGE DE LOS SIGLOS XVI Y XVII.

Durante el siglo XVI la diócesis de Plasencia estuvo gobernada por algunos de los obispos más relevantes de su historia: Bernardino López de Carvajal, Gutierre Vargas de Carvajal, Pedro Ponce de León... En especial, Don Gutierre Vargas de Carvajal, cuyo pontificado se extendió entre 1523 y 1559, nos merece una especial atención. Y no por su interesante biografía , ni por su afamado mausoleo de Madrid, sino porque su escudo aparece en el templo parroquial de Toril, señal inequívoca de que se construyó, como otros muchos de la geografía diocesana, durante los años de su gobierno al frente de la diócesis placentina. 

Pero su labor constructora de templos, no era la única que necesitaban las parroquias: también había que dotarlas de medios económicos de subsistencia. Por eso, en la época florecen las capellanías, fundaciones  pías de sencillo mecanismo de iniciación. Bastaba un legado de dinero, de bienes inmuebles o de tierra y ganados para que una o varias personas instituyeran unos beneficios a favor de una parroquia, la cual correspondía fundamentalmente mediante un número determinado de misas que el párroco o el capellan beneficiado de la fundación aplicaba por las intenciones señaladas, las cuáles casi siempre eran por el eterno descanso de los fundadores y sus familias.

Con esta idea en la cabeza, para rastrear datos indirectos de la historia de Toril, nos dirigimos al Archivo Diócesano de Plasencia, a su sección de fundaciones; y allí encontramos la Escritura de coalición y fundación de la capellanía que fundó Juan de Almaraz, clérigo estante en Indias, natural del lugar de Toril y de otras memorias.  El clasificador de cartón donde se encuentra, contiene 16 documentos distintos sin numerar, pero independientes entre sí al estar cosidos por bramante y por separado. Parece que sólo corresponden a tres memorias o capellanías distintas: la señalada de Juan de Almaraz que algunos documentos llaman Juan García de Almaraz ; otra de Ana García, viuda de Diego Aparicio; y una tercera de varias personas. Evidentemente se trata de los documentos más antiguos que se conservan sobre Toril y, auqnue sólo sea por recuperar la figura de este clérigo indiano, el esfuerzo de estas líneas merece la pena. 

Sobre otros detalles de la capellanía podemos añadir que es nombrado patrón de la memoria de las misas <<el justicia y regimiento del dicho lugar de Toril>>. Sobre el capellán dice <<que sea preferido primero el pariente mío, y después el natural del pueblo>>. Y a los bienes que la constituyen , según señalaba el testamento, más adelante se añade la casa de sus padres.

3. EL DECLIVE DE LOS SIGLOS XVIII Y XIX.

El esplendor de Toril en los siglos XVIII y XIX que hemos repasado de forma somera, dio paso a una época de franco decaimiento en la que tuvieron una especial relevancia las guerras de sucesión y de independencia. En los interrogatorios del siglo XVIII que se han publicado, aparece constrastada con lacónica nitidez negativa de la guerra para la definitiva suerte del pueblo.

En aquella época, observamos que en la parroquía, a finales del siglo XVII; había tres cofradías diferentes : la de Ánimas, la de la Virgen del Rosario y la de la Virgen de la Piedad. Sin embargo, sabemos que en 1791, sólo permanecía la del Rosario.

Por otra parte, entre el 11 y 15 de mayo de 1687 hubo un Sínodo diocesano conovocado y presidido por el entonces obispo José Jiménez de Samaniego, fraile franciscano que abordó notables reformas institucionales en la Diócesis. En concreto sobre las cofradías, el Sínodo dedica 6 constituciones que versan muy diferentes asuntos: no hacer nuevas sin licencia previa del Prelado, revisar los estatutos de las ya existentes, reducir a un número no muy exagerado, no utilizar sus fondos para fiestas profanas, obligación de presentar sus cuentas al Obispo... En particular, el Sínodo exige que en cada parroquia haya obligatoriamente kas cofradías del Santísimo Sacramento, de la Vera Cruz, del Rosario y de las Ánimas. Por eso, no es de extrañar que entre el decaimiento del pueblo y esta normativa diocesana, ciertamente en 1971 sólo permaneciera la referida del Rosario. Y no tenemos ningún testimonio documental directo o indirecto sobre la devoción a San Blas, la única que hoy permanece.

4. CONCLUSIÓN.

La historia de Toril ciertamente corre pareja a la del Campo Arañuelo, pero ha de recuperarse su vinculación civil con la ciudad de Plasencia y su dependencia eclesiástica de las parroquias de Jaraíz.

El espelendor que se ha dibujado en Toril dirante los siglos XVI y XVII nos ha permitido recuperar la memoria de Juan de Almaraz, clérigo indiano nacido en Toril. Ciertamente se podría haber investigado mucho más sobre las circunstancias de este personaje, pero nos conformamos con haber recuperado su memoria y haber dejado el camnino abierto a otras indagaciones. De hecho, mediante este hallazgo nos hemos encontrado con los documentos más antiguos que se conservan sobre el pueblo y con noticias dse algunos de los moradores del mismo durante el siglo XVI.

El doloroso declive de los siglos XVIII y XIX, con mayor abundancia documental, nos ha permitido confirmar el deterioro tan dramático que las guerras produjeron aquí. Con todo, ha sido muy gratificante determinar el emplazamiento del retablo de Santa Úrsula, el cual vino a desaparecer en esta villa después de un largo recorrido desde El Escorial hasta Yuste. 

Con todo, por el camino han quedado algunos testimonios documentales como las estadísticas de los diezmos que el pueblo aportó durante algunos años de los siglos XVII y XVIII. Aunque localizados en el Archivo Diocesano, no era posible anotarlos por carecer de otros estudios que se pudieran usar como referencia.